El acontecimiento habla por sí solo. Pero es menester que cada argentino recuerde más allá de la fecha, los derroteros de estos 200 años de historia. Nuestro país, jóven en el concierto de las naciones, puede darse el lujo de sopesar los sucesos a efectos de extraer de ellos, no solo un saber histórico, sino una saber nacional. Recordar hacia adelante, es decir, que el pasado sirva en todos los aspectos posibles. Es por eso, que a través de la Dirección de Investigaciones Históricas y Archivo Histórico, queremos pedirle que no solo embandere desde ya, su domicilio o comercio, sino su espíritu. No podemos dejar solos en el gran río del tiempo, a los miles y miles de argentinos, que de una manera u otra, fueron construyendo la Patria, en estos 200 primeros años de vida. Que no sea un feriado más, sino un granito más de arena, al edificio de la Argentina. Más allá de cualquier conflicto, la Patria, nuestra casa común, siempre estará viva.
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